A partir de 2010, las precipitaciones han disminuido cerca de 30% entre Coquimbo y La Araucanía, lo que sumado al aumento gradual de temperaturas observado desde la década de 1970 en la zona norte y centro del país instala desafíos inéditos para Chile en términos hídricos.
Lo anterior toma particular relevancia este miércoles, cuando se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, motivo por el cual desde WWF Chile recordaron que reducir emisiones y restaurar el bosque nativo son dos estrategias clave frente a esta problemática.
Trevor Walter, coordinador de Paisajes Terrestres de la ONG, señaló que este complejo panorama responde a un fenómeno global, que en el caso específico de la sequía en Chile se explica en un 25% a causa del cambio climático generado por el ser humano.
“En estos momentos es crítico que nos sumemos y aumentemos la ambición de nuestras acciones que buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y descarbonizar nuestra economía, teniendo como meta que el aumento de las temperaturas no supere los 1.5° en relación a los niveles preindustriales”, comentó a través de un comunicado.
Junto con estos compromisos, y ahora con miras a la adaptación al cambio climático y sus efectos, como la escasez hídrica, Walter enfatizó en la importancia del bosque nativo en la provisión de agua.
“La restauración de bosques es una de las llamadas soluciones basadas en la naturaleza que nos puede ayudar a resistir de mejor forma los embates climáticos, principalmente porque propicia un mayor almacenamiento y distribución de los caudales durante el año, debido a que el bosque tiene un efecto similar a una esponja, que almacena agua en invierno y la va entregando en forma paulatina durante el verano”, explicó.
Justamente debido al hecho que estos procesos requieren tiempo para mostrar resultados, el ambientalista afirmó que las decisiones con ese norte deben tomarse “de forma urgente hoy”.
En esta línea, actualmente se implementa el proyecto Desarrollo de alianzas para la gestión de la restauración de bosques a escala de paisaje en Nahuelbuta, financiado por la Unión Europea y ejecutado por el Gobierno Regional del Bío Bío, la Asociación de Municipalidades de la Región del Bío Bío (Amrbb), Fundación Nahuelbuta y WWF Chile.
Este busca promover la restauración de bosques y las alianzas para ello. Se espera que esto también genere beneficios socioeconómicos a nivel local, así como recuperación de tierras degradadas y servicios ecosistémicos.
El alza de temperaturas provoca que el agua se evapore más rápidamente en las zonas cubiertas por nieve, cultivos, vegetación natural, y en embalses y lagos. El ejemplo más dramático de este fenómeno ha sido la desaparición de la laguna de Aculeo, en la región Metropolitana.
Lamentablemente, sostiene Walter, estos hechos podrían continuar, incrementándose la ocurrencia de sequías y aumentando la desertificación de la zona centro y sur de Chile.
“En términos geográficos, el impacto en Chile es mucho más marcado de norte a sur, donde zonas áridas y semiáridas están fuertemente afectadas. Además, esta escasez está en expansión. Por ejemplo, hace unas décadas era impensable que en comunas de la región de Los Ríos se repartiera agua en camiones aljibes a comunidades rurales en verano y eso hoy es una realidad”, agregó.